Yo siempre quise ser músico.
Probé con el teclado, cantando, a la guitarra nunca me le animé.
Pero no, no había nacido para eso, era muy claro.
Melero tampoco, pero decidió hacer de sus limitaciones su máxima virtud.
Experimentó en ese mundo seudocientífico que es el de los ejecutantes, con la impericia del nene que no sabe nada y toca todo.
Estimuló a los que menos entendíamos.
Y de vez en cuando grabó algún discazo como "Rocio".
Desde acá se le agradece la onda que le puso.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 23 horas.
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