Acabo de leer una nota de Santiago Rial Ungaro en el No de Página. Hacía rato que estaba pensando en algo así. Hablo de cierta decepción que nos invade a los cultores de la musica electrónica.
Una sensación de hastío, de vacío, pareciera que casi todo se hubiera congelado 10, 15 años atrás.
Tengo recuerdos gloriosos de los pequeños clubes y discotecas que pasaban los primeros sonidos electrónicos, cuando esta música era mala palabra, era: " cosa de putos " . Coincide también con mi llegada a Buenos Aires a estudiar.
Una explosión, una revolución musical y mental.
Hoy hay fiestas caras y multitudinarias que venden modelos repetidos, estereotipados, de una música que parecía que iba a cambiar todo. Y curiosamente, la modernidad, la vanguardia, se ha refugiado nuevamente en los clubes.
También hay que plantearse la idea de que no todo lo nuevo, por ser nuevo, debe ser mejor, pero salvo raras excepciones, hay una notable carencia de ideas. Muchos recursos tecnológicos y poca audacia.
Hay una vertiente muy experimental que se aleja tal vez demasiado del baile y hay otra (la masiva), que hace una apología del bombo y de la arenga facilista.
Tambien hay mucho remix sobre la musica rock y pop, una mixtura interesante, pero sinceramente siempre sentí que la electrónica estaba para más, que une mágicamente lo más primitivo con la ultima tecnología. Una música de una nueva tribu global.
Y en cierto modo es así, sólo que como todos los géneros, muestra sus mezquindades y limitaciones.
Mientras tanto, sigo esperando al Elegido, al Neo que nos saque de una vez por todas de este mundo.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 8 horas.
1 comentario:
Me agrada lo que escribes. ¿Es posible encontrar tu libro en México?
Saludos...
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