Cuando todavía era un niño, principios de los 80, íbamos con mi familia a visitar familiares a un pueblo cercano a Coronel Suárez llamado Huanguelén. Los viajes tenían un sabor especial para los niños, ya que allí existía (existe según me dicen) una heladería enclavada en una esquina donde se cruzan dos diagonales. Lo que no tendría nada de extraño, a no ser por la crema del cielo. Ese sabor de otro mundo, ese color celeste psicodélico, hacía que todos soñemos con viajar porque en las heladerías de Suárez no existía aún. Lo cual me hizo pensar que era un invento huanguelenense.
Muchos años después, cuando vivía en Capital, trabé conversación con un heladero nihilista, sugiriéndole que la crema del cielo era un invento del interior, a lo que el respondió socarrón: - Existe de toda la vida. Aparte, es crema americana con colorante-.
Todavía no puedo reponerme de ese golpe.
Recurso
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Hace mucho tiempo yo tenía un recurso
para escapar de la tristeza
imaginaba una sábana blanca colgada al sol
yo era esa sábana que recibía
el calor y l...
Hace 4 semanas.
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