El ego, la mente racional, lo que nos inocularon, todo eso no es real.
No hay que luchar contra ello.
Es un fantasma.
Y cuando tomás conciencia que el fantasma no existe, nunca más te molesta.
No hay que luchar contra la oscuridad, se prende una vela y la oscuridad se disipa.
Así pasa en nuestro interior, parecen boludeces, lugares comunes new age, pero cuando vas hacia adentro tarde o temprano se produce un esclarecimiento.
Me acuerdo la observación espantada de un amigo muy inteligente, luego de salir de una charla de Budismo: ¿pero si soltamos el ego quien nos defiende?
Es que hay una muerte, una desaparición, y eso causa terror.
Terror a la nada, al vacío.
Pero no hay nada que temer, es desaparecer como una gota de agua en el océano, es integrarse al infinito, universo, dios o como quieras llamarle.
Yo podría lamentarme por los malos momentos pasados, por tanta locura, tantos errores, pero ahora lo veo como una bendición: seguramente si hubiera sido normal y exitoso, nunca hubiese abierto los ojos.
Así que activé: me puse de pie y comencé a caminar.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 12 horas.
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