El diluvio de hoy me empujó al Gaumont y justo encontré un estreno: Hortensia.
Película freak, de bajo presupuesto, con actores desconocidos y un mundo propio extraño y excéntrico, tiene un humor y una ternura por sus personajes tan fantasioso como fantástico.
Y pensaba mientras veía la película, que gane quien gane el domingo, tiene que continuar este sistema de producción y exhibición de cine nacional que permite que se produzcan 150 películas por año en Argentina.
Y de la cantidad sale la calidad y la diversidad.
Así como existen grandes productos industriales como El Clan, también hay excelente cine de autor como La Patota y toda una paleta de colores de películas medianas.
Entonces también festejo que existan películas chiquitas y anómalas como Hortensia.
Gane quien gane, tienen que continuar las cosas que están bien, como la de promoción de la industria cinematográfica y de espacios de exhibición como el Cine Gaumont o el Cine Arte de Constitución.
Hemos logrado una industria cultural importantísima.
Tenemos Hollywood en castellano, cine de autor argentino y también como en este caso: cine freak, chiquitito y encantador.
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