Leyendo cuentos de Scott Fitzgerald y sobre su vida, me embarga la emoción y las sensaciones contrapuestas. Por un lado, mi amor incondicional a la literatura norteamericana del Siglo XX, una cumbre, un ejemplo a seguir. Por otro, el final trágico de casi todos estos genios: Francis Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Truman Capote, Jack Kerouac, Hunter Thompson.
Parece que la única manera de zafar del reviente y el destino trágico es aislarse del mundo, retirarse entre cuatro paredes como Salinger y morir en paz.
¿Habrá muerto en paz Jerome David Salinger?
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