Desde niño sentí la conexión mágica con el cine.
Iba al Italia o al Cervantes y soñaba.
Trataba de aprender como se vive copiándolo de lo que veía en las películas.
Creía en el cine bigger than life.
Ahora crecí, envejecí, evolucioné.
Osho habla del cine como metáfora perfecta de la vida.
Que debemos mirar conscientemente, sin creer esa ilusión.
No llorar o reír solamente por un film que se proyecta en una pantalla vacía.
Eso suena un poco frío, cool tal vez.
Porque siempre que veo una película por mejor o peor que sea, no puedo evitar engancharme en la trama, reír o llorar aunque se perfectamente que estoy siendo manipulado.
La vida como esa película que disfrutamos o sufrimos pero no podemos dejar de mirar.
¿De ser protagonistas o ser espectadores?
Ser cinéfilo es creer en la espiritualidad del cine, en el cine como religión.
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