lunes, julio 29, 2019

EL GIALLO Y EL CINE DE MI ADOLESCENCIA





Giallo en italiano significa amarillo, lo que hace alusión a una famosa colección de literatura de misterio que existía allá en Italia.
El giallo como género cinematográfico mezcla misterio, terror, sexo y mucha bizarrada.
Ni Armando Bo se atrevió a tanto.
Todo esto me remonta a mi entrada a la adolescencia, cuando nos dejaban entrar a ver estas películas al Cine Cervantes, aún sabiendo que eramos menores.
Las primeras pajas, el acercamiento al sexo como algo perverso, oscuro, prohibido.
Recién fui a la Lugones al ciclo de giallo y vi una película que ya desde el título hace historia: "Tu vicio es una habitación cerrada y sólo yo tengo la llave".
La película es de 1972 y la dirigió Sergio Martino.
Dice estar inspirada libremente en "El gato negro" de Edgar Allan Poe pero sobre el final también mete con fórceps referencias a "El tonel del amontillado" y "El corazón delator".
El universo de Poe se resignifica en esa Europa decadente, con una mansión que se cae a pedazos (¿La casa Usher?) y un escritor alcohólico y fiestero que es sospechado de cometer un par de crímenes.
Mujeres bellísimas, el sexo desenfrenado, la sangre que chorrea, los giros inesperados en la trama y la falta total de verosimilitud logran un coctel inolvidable.
Al igual que con el spaghetti western, los tanos inventaron una copia berreta del cine yanqui y hoy son reivindicados por Hollywood mismo.
Notable.

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