El fin de semana pasado me volví a sumergir de lleno en la práctica del ajedrez de alto nivel.
Terminaba agotado después de dos partidas diarias de 3 o 4 horas.
Lo que me llevó a preguntarme más de una vez si realmente lo estaba disfrutando y que es realmente lo que me atrae del ajedrez.
Es raro, porque siempre se relaciona a los ajedrecistas con los matemáticos: hay mucho de cálculo y análisis en el juego ciencia, pero yo fui siempre malo para las matemáticas.
El ajedrez no es solo juego y ciencia, también es arte.
Porque muchas veces 2+2 no da cuatro y eso es lo que me atrae.
Lo creativo, intuitivo que también tiene el ajedrez.
Una mezcla de juego racional e irracional a la vez.
Igual no tengo ni la más puta idea de que es el ajedrez, no entiendo esa cosa medio infinita que tiene.
Solo disfruto jugándolo. Casi siempre.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 1 día.
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