Me llama poderosamente la atención el culto global a la saga de Star Wars.
Especialmente en jóvenes cultos, inteligentes y progresistas, que se babean como niños que van por primera vez a un Mac Donalds. Es rarísimo ver que odian las políticas de EEUU, pero aman desesperadamente esta pelotudez.
Para los que ya somos grandes y vimos las tres primeras películas cuando éramos todavía niños, la cosa nunca fue para tanto. Recuerdo esos filmes sin grandes emociones, me gustaban un poco más que Star Trek, pero menos que Galáctica, una serie que tuvo su película también en esos años.
Pero la nostalgia por lo no vivido es un fenómeno muy presente en el mundo, no solo en el cine, sino también en la literatura y la música.
Cuando Soda Stéreo se separó, solo llenó un River. Cuando volvió, 10 años después, llenó 6 River.
Así funcionan las cosas.
Vi las 4 nuevas películas de Star Wars, grandes productos de diseño industrial, pero nada más. Incluso diría, inferiores a las 3 primeras.
Pero lo que verdaderamente me molesta es esa espiritualidad espuria, esa New Age de sables láser.
Ese seudozen de los jedis luchando contra el lado oscuro.
Es el típico mensaje yanqui colonialista, imperialista de siempre, sólo que con una pátina orientalista mal entendida (un poco al estilo Karate Kid pero en el espacio).
Me extraña que millones de jóvenes y no tan jóvenes pisen el palito tan fácilmente.
Es el mismo mensaje de mierda de siempre: nosotros somos los buenos, que luchamos contra los malos. Es la misma berretada que justifica todas las guerras, disfrazada solo de manera un poco más sutil y futurista.
Solo un poco.
La falsa dualidad, la grieta de que hay lado claro y lado oscuro, es una falsedad en todos los aspectos de la vida. No me crean a mi: lean un poco de Zen, Budismo u Osho.
Y no todo Hollywood es tan obvio y manipulador, la saga Matrix es infinitamente superior, no solo por esa inolvidable primera película bien budista, sino que incluso, las continuaciones forzadas por el éxito de la primera son bastante dignas. Y la saga concluye muy cristianamente con Neo sacrificándose para sellar la paz entre hombres y máquinas.
Termina el enfrentamiento, la falsa dualidad.
Matrix respeta la religiosidad tanto oriental como occidental.
Star Wars solo la banaliza y convierte eso en un fabuloso negocio de dominación cultural, ideológica y económica.
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