Me acuerdo una época en que si no salía un sábado a la noche sentía que me estaba perdiendo de vivir aventuras inolvidables. La verdad es que muy pocas veces en la vida se viven esas aventuras y no necesariamente de noche.
Con los años disminuye esa energía descontrolada de la adolescencia y uno se ve sabiamente llevado a regular las ocasiones de gozo y éxtasis.
No cualquier recital, no cualquier persona, no cualquier salida.
El lunes a la noche fue inolvidable, estaba la super luna, un clima amable,un lugar exótico y mi música favorita.
Hoy descanso. El descanso del guerrero.
Silencio.
Meditación.
Así son los años: hacer otra cosa sería tratar de forzar algo que no es natural y que ni siquiera deseo.
Cuando aparezca el amor inolvidable, que me encuentre en mi mejor estado.
Casa
-
La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 19 horas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario