miércoles, julio 30, 2008

NO SER UNA UNIDAD


Anoche, en la charla de Budismo, Gustavo habló sobre un punto clave.
Recordemos que todo comienza por : Todo es sufrimiento.
Y entre los sufrimientos primarios se incluyen: nacer, envejecer, enfermar y morir.
Luego están los secundarios: no poder estar con quien queremos estar, estar con quien no queremos, no alcanzar lo que deseamos y no ser una unidad.
Este último punto, es uno de los más complejos y centrales del Budismo: no somos una unidad, no somos un yo, ni siquiera tenemos alma.
Se divide a lo que se conoce usualmente como yo en 5 agregados: formas, percepción, sensación, karma y conciencia ( si no los recuerdo mal, puede fallar, pero lo central es el concepto).
Y el concepto subyacente en todo esto es que ni siquiera somos seres completos, vivimos en el sufrimiento que también es la imperfección, la impermanencia, el vacío.
Somos una bola de energía en permanente cambio, con un tremendo poder pero mal utilizado, por eso la meditación ayuda a comprender la mente y domarla.
Pero lo que rescato de todo esto es la simple conclusión: si ni siquiera somos un yo, somos como una especie de fantasmas que pasamos por la vida sin dejar demasiada huella y todo tiene la textura de un sueño. Así que no vale la pena realmente hacerse demasiado problema por nada.
La vida es lo que es y el resto es entrenar para superarse. Pero la trampa también está en que, quienes se destacan más fácilmente, luego se les vuelve en contra para desapegarse de su propio éxito.
Triunfar en algo es quedar más atado al ego.
Los que todavía estamos demasiado atados a este modelo de vida es porque siempre la tuvimos fácil, no sufrimos lo suficiente.
Así, formas breves, entes de paso por la Tierra, queremos creer que cambiamos porque pasa el tiempo, pero el permanente cambio es un reflejo de nuestra propia falla. El tiempo no existe, afirma el Budismo.
Y la única forma de escapar de este vacío es ver la Matrix y desconectarse para siempre.

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