Mi amigo Leo es de Coronel Suárez y está terminando su carrera de Profesor de Artes Plásticas en La Plata. Los de Bellas Artes hacen unas fiestas buenisimas y suelo ir cuando mis obligaciones me lo permiten.
Aparte de ser un gran tipo y un buscavidas increíble, es un escultor consumado y tiene una forma filosófica y coherente de vida. Es lo más parecido que conozco a un Artista.
Hay una anécdota que lo pinta de cuerpo entero.
En el 2001, mientras estaba estudiando, cuando todo el quilombo, se quedó sin trabajo y trataba de sostenerse solo porque su madre no lo podía ayudar. Entonces se mantenía con monedas, caminaba la ciudad y todos los días gastaba 25 centavos en un turrón. Esa era su comida.
Todavía recuerda como lo saboreaba cada vez.
Me parece que ahí se juega mucho de lo que me interesa hoy: el tipo perdido en una ciudad ajena, a la deriva, comiendo un turrón por día. Pero convencido de que está haciendo lo correcto. Sin hablar siquiera de sufrimiento.
El Arte de Vivir.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 1 semana.
1 comentario:
esto es brillante.. la anécdota y la manera de contarla y la conclusíon a la que arribás... grande pa...blo!
besos de Judas Iscariote, bah, Dante
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