VERANO DEL 98

 No consigo olvidarme de ese verano del 98.

Cuando conocí a Alejandra en El Living y todo cambió.

No fue siquiera una historia de amor que duró años.

Fueron esos meses del verano, los más intensos de mi vida.

Pienso que encontré algo que no estaba buscando y por eso no estuve alerta, a la altura de las circunstancias.

Ella si cargaba con una data espiritual interesante. Y me la pegó a la piel.

No hablo de belleza superficial, hablo de belleza interior, de poder interior en una persona anónima.

Todos hablan de sexo tántrico y no saben lo que es.

Yo lo viví y no lo supe entender.

Las horas en la cama intercambiando fluidos y energías.

Obviamente notaba algo fuera de lo común pero era tan inconsciente que no lo supe aprovechar.

Sospecho que podría haberme iluminado de ser consciente, pero en cambio enloquecí.

Un día Alejandra me dejó, sin explicaciones.

Fue como caer de una altura demencial y no saber flotar.

Me estalló la cabeza, tuve un brote psicótico.

Y el resto es conocido.

Pero nunca más la volví a ver y siempre pienso en ella: ¿Qué sabía? ¿Qué vio y no le gustó?

Tal vez fue mi Buda escondido y se retiró cuando entendió que no la podía valorar.

Ahora que estoy solo y ya no siento nada, añoro esos años en que todo era magia.