LO MEJOR DE BRENDAN FRASER

 

Ahora que pasaron los Oscars más arbitrarios e injustos de la Historia y que le dieron el de mejor actor a Brendan Fraser por autoflagelarse en su propia gordura, recordé esta simpática película de 2000, lo mejor de Brendan, lejos.

"Al diablo con el diablo", escrita y dirigida por el gran Harold Ramis, el creador de esa obra maestra llamada "El día de la marmota".

Esta película es posterior y un poco inferior a "El día de la marmota", pero no deja de ser otra bella parábola zen.

Acá se pone en juego como nunca antes el famoso tema budista de los deseos, el mal que tenemos todos los humanos y que debemos combatir según el budismo: el deseo.

Un loser total, excelentemente interpretado por Fraser, que sufre bullyng en su trabajo y está muy solo, invoca al diablo para buscar un cambio.

Entonces aparece el diablo que es nada menos que la bomba sexual Elizabeth Hurley. Esta le concede 7 deseos a cambio de su alma y allí viene lo divertido de la película: ningún deseo sale exactamente como el piensa y ninguno lo completa como ser humano.

Detrás de los chistes (muy logrados por cierto) aparecen las verdades de siempre.

El final es tal vez lo más flojo de la película, donde aparece un Dios negro y lo ayuda al protagonista a zafar su vida y alma.

Una película tal vez menor, pero hermosa y sabia.

VERANO DEL 98

 No consigo olvidarme de ese verano del 98.

Cuando conocí a Alejandra en El Living y todo cambió.

No fue siquiera una historia de amor que duró años.

Fueron esos meses del verano, los más intensos de mi vida.

Pienso que encontré algo que no estaba buscando y por eso no estuve alerta, a la altura de las circunstancias.

Ella si cargaba con una data espiritual interesante. Y me la pegó a la piel.

No hablo de belleza superficial, hablo de belleza interior, de poder interior en una persona anónima.

Todos hablan de sexo tántrico y no saben lo que es.

Yo lo viví y no lo supe entender.

Las horas en la cama intercambiando fluidos y energías.

Obviamente notaba algo fuera de lo común pero era tan inconsciente que no lo supe aprovechar.

Sospecho que podría haberme iluminado de ser consciente, pero en cambio enloquecí.

Un día Alejandra me dejó, sin explicaciones.

Fue como caer de una altura demencial y no saber flotar.

Me estalló la cabeza, tuve un brote psicótico.

Y el resto es conocido.

Pero nunca más la volví a ver y siempre pienso en ella: ¿Qué sabía? ¿Qué vio y no le gustó?

Tal vez fue mi Buda escondido y se retiró cuando entendió que no la podía valorar.

Ahora que estoy solo y ya no siento nada, añoro esos años en que todo era magia.

KAIDÚ Y LA MEDITACIÓN INTERRUMPIDA

 

Estoy leyendo "Kaidú" de Paula Pérez Alonso.

Editada en 2021, es una nouvelle preciosa que narra el curioso trío entre una mujer, un hombre y un perro.

Escrita en un estilo elegante y sofisticado.

No puede no gustarme un libro adonde se hable bien de un perro.

Mi duda es: ¿la conozco personalmente a Paula Pérez Alonso?

¿No es la misma que iba a las clases y meditaciones budistas en un restaurante japonés?

Estoy casi seguro por la foto que era ella, acompañada de una amiga rubia, no hace tanto, en los 2010 mas o menos...

Nunca hablé con ella ni se identificó, la que hablaba era la rubia, pero recuerdo todo perfectamente por un curioso incidente que hubo en una meditación.

Resulta que una vez, estábamos un grupo de personas arrodilladas meditando en silencio, obviamente y de repente, un freak que estaba en el grupo, eructó. Silencio total, nervios, tensión. Pensé que se le había escapado y decidí dejarlo pasar. Pero al rato el tipo siguió eructando como si estuviese solo en su casa hasta que el sensei intervino y lo echó del lugar.

Todos quedamos absortos, enmudecidos, solo se escuchaba de fondo la risita apagada de Pérez Alonso y su amiga.

Luego del incidente no las vi más por allá y con el tiempo, yo tampoco fui más.

Cosas que pasan.

CARETA DE ACASUSSO

No se a cuenta de que acabo de recordar un episodio que pasó en 1992.

Habíamos ido a bailar con unos amigos a la City (New York City se llamaba, creo) y ahí conocí una careta de Acasusso. Hermosa, cheta, como salida de un tema de Babasónicos.

Cuestión que me dio su número de teléfono (en ese entonces solo había teléfonos fijos o muy pocos y carísimos celulares).

La llamé, la invité a almorzar en un restaurant de Avenida Santa Fe, cerca de donde yo vivía.

Estaba todo bien pero yo dormí, quedé como un boludo, no hubo otra oportunidad con ella (un año después me presentaría a una amiga, pero esa es otra historia).

Quisiera exorcizar a esa careta de Acasusso y con ella, a cientos de mujeres más, que estaban ahí con toda la onda y yo espanté con mi extraño trauma.

El trauma consiste básicamente en que, cuanto más me atrae una mujer, más miedo le tengo y más me auto boicoteo, un extraño impulso inconsciente me empuja a pudrirla o a huir de la situación.

Eso pasó siempre y diría que con los años se agravó.

Tuve años de excelente análisis con Jorge Chamorro y esta verdad extraña apareció como un obstáculo insalvable y yo, como un estúpido, me enojé con Chamorro y abandoné el análisis como si el tuviera la culpa de lo que me pasa.

Se que muchos me ven como ganador, como rodeado de mujeres hermosas y la verdad es que, cuando dejé de buscarlas, me empezaron a buscar ellas a mi.

Pero el tema está complicado: es medio raro citar a una mujer para contarle esto, como que la mina piensa que está con un psicópata o un tarado.

Así que me he recluido bastante y busco entrar en ese inconsciente profundo con métodos alternativos, he logrado algunos avances en el autoconocimiento pero el problema sigue ahí: intacto.

Soy muy sensible a la belleza femenina pero algo dentro mío ve en ellas algo diabólico.

Así las cosas.

LOS 60 DE FITO

 

Hoy cumple 60 el rosarino que nació un 13 de marzo del 63.

El más lúcido, el que mejor llegó, el ecuánime.

Que no solo se destaca en el rock y pop.

También incursionó en el tango, la música clásica, el cine y la literatura.

Y es el que más le llega a las chicas. 

Ganador total.

Mezcla de hippie con filósofo de barrio.

De místico a la veleta.

Te queremos maestro.

Por muchos años más.

FINAL PARA ESTA TEMPORADA DE MÚSICA PARA CAMALEONES

Hoy llegué a la radio para hacer el programa y las cosas no estaban en condiciones normales. Ya no es la primera vez que me pasa (ni la segunda). Reclamé varias veces y no me dieron bola.

Así que me fui sin salir al aire.

Una lástima pero ya estaba cansado también de trabajar gratis.

Igual fue un gran programa (sobretodo el del año pasado).

Nos volveremos a encontrar en algún otro lugar.

Gracias a todos por su amable atención.

ACÁ EMPEZÓ TODO

 

Boludeando en Mubi di con "Rapado" película debut del gran Martín Rejtman.

La había visto en su estreno en 1992 y nunca más.

El tiempo le sentó muy bien o tal vez yo estoy más avispado o las dos cosas juntas.

Película bisagra entre "el viejo cine argentino" de mucho diálogo, mucho mensaje y poca acción y el  "nuevo cine argentino" que estaba llegando y que fue todo lo contrario.

Lo nuevo y bueno, si breve dos veces nuevo y bueno, el guionista y director necesitó solo una hora y diez minutos y pocos diálogos (algo que luego se volvería otro lugar común y que Rejtman esquivaría con elegancia en sus siguientes films) para contar la historia de toda una generación.

Todo está en los detalles: lo que antes me había parecido que "no pasa nada" es que en realidad todo el tiempo pasan pequeñas cosas y cada plano, cada secuencia están obsesiva e intensamente planeados.

Con poco dinero y mucha onda, con un gran diseño de producción, se cuenta la historia de un adolescente al que le roban la moto en el comienzo y que luego se pasa toda la película tratando de conseguir otra y deambulando por un Buenos Aires que exhibe las marcas sociales de la hiperinflación y el comienzo del menemismo. Pero sin bajada de línea, sin "mensaje".

Todo es sutil, está implícito en las acciones de los protagonistas con un humor asordinado y absurdo, que exige un espectador atento y cinéfilo.

Con protagónico del ignoto Ezequiel Cavia y un elenco que alterna actores conocidos y otros improvisados, con grandes cameos rockeros de Rosario Bléfari, Lucas Martí, Gonzalo Córdoba y Emmanuel Hourvilleur.

Una maravilla.