Hoy que todo es feminismo y debate por el aborto, no se le puede escapar a nadie que nuestras dos artistas más exitosas, de proyección nacional e internacional; Lali Espósito de 26 años y Tini Stoessel, de 21, representan como ninguna el lugar de la mujer del presente y el futuro.
Jóvenes, hermosas, talentosas; cargan ambas con el estigma haber comenzado como "productos pop", Tini, de una factoría como Disney, Lali, de un Disney criollo como fue Cris Morena.
Lali, con 5 años de ventaja, se ha desmarcado brillantemente de la sospecha de ser solo un producto con fecha de vencimiento. Es una artista del carajo, de verdad, se lo dije a ella hará unos 7 u 8 años cuando la entrevisté y medio que no me creyó.
Tiene un don natural, el de ser la chica común que triunfa, pero además ha venido tomando decisiones artísticas muy osadas y acertadas. Por ejemplo: el hecho de bajarse por un tiempo de su exitosa carrera televisiva y concentrarse en la música y el cine.
En ese sentido, su segundo disco solista "Soy" la consagró no solo como un éxito comercial, sino también como una cantautora notable. Si uno presta atención a su vida personal, puede ver la marca de su vida privada en super hits como "Ego" y también en el sencillo "Tu novia" (posterior al disco).
Ella es real y su vida amorosa aparece en sus canciones, no es arte descartable.
Y los videoclips también son notables.
Ahora está por lanzar su tercer disco y se multiplican las colaboraciones con estrellas internacionales del pop. Obviamente, no todo me gusta del mismo modo, esa onda de ponerle reggaeton y trap a todo se ve que es una exigencia del mercado, es lo que vende, pero atrás de eso también está la marca autoral de una artista inquieta y creativa.
En ese sentido, la anécdota pedorra con Charly García, donde ella le dice: hago música y Charly la cancheréa diciendo: ya está hecha, más que desubicación o arrogancia, habla de una pendeja genial y empoderada que se planta diciendo: yo no soy un producto.
Lo mismo pasa con el cine, su primer largometraje de su etapa independiente fue la extraordinaria comedia "Permitidos" que fue injustamente ignorada y ninguneada por la crítica.
Se ve que se quedó con la espina y ahora sube la apuesta con su nueva película "Acusada" donde interpreta un rol dramático y ambiguo: el de una chica acusada de asesinar a su mejor amiga.
Acá también pide pista, como diciendo: soy una actriz en serio, puedo hacer cualquier personaje.
Tini, al ser más chica (recién acaba de cumplir los 21) todavía no se pudo desmarcar del todo de esa fabulosa ingeniería artística y marketinera. Nacida de una familia de artistas (su padre y su tío revolucionaron la televisión primero con Juana Molina, luego con Pergolini y también con Tinelli) fue tocada por la varita mágica siendo apenas una adolescente, cuando Disney la eligió para protagonizar la serie "Violetta" que se vió prácticamente en todo el mundo.
Finalizada la serie, comenzó una carrera solista con una altísima rotación y con un nivel de producción impresionante, tanto en los videos como en lo musical. Pero todavía no queda claro cuál es su voz, hasta donde es ella o hasta donde responde a las exigencias del mercado, respaldada por una familia que la tiene clarísima en cuestiones artísticas y del manejo de la imagen.
Por lo pronto, canta y baila muy bien, tanto en castellano como en inglés, y se ve que está experimentando diferentes estilos en busca de su perfil, en medio de la locura que implica manejar esas cifras globales, esa exposición mundial.
Artista pop como Lali, Tini aparece como más irreal, como si no fuera argentina, como si fuera una nave espacial venida de Hollywood que trata de aterrizar y echar raíces en nuestro país.
Por lo pronto, no veo grieta o enfrentamiento entre ellas, son maravillosas ambas y nos hacen brillar en el mundo entero.
Solo me parece que Lali ya se encontró y Tini todavía se está buscando.
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