Tal vez hable desde el resentimiento y la envidia, porque la verdad es que nunca me pude coger un gato de esos que aparecen en los medios de comunicación y se ven tan lindos, tan irresistibles, tan poderosos, que te dan ganas de comértelos al horno con papas.
Pero tengo la creciente sospecha, desde años, que no hay mucho más allá del photoshop y del maquillaje sensual y sobretodo, después de los cuarenta, cuido mucho con quien intercambio fluidos, palabras, vivencias, porque todo eso es energía pura que te nutre o te destruye.
Ver esas minitas que viven vidas alocadas, reventadas, vendiéndose como objetos de consumo, me hace, no juzgarlas desde la moralina fácil, sino pensar como te pueden intoxicar si compartís lo que sea con ellas: sexo, amor o amistad.
Tranquilo, relajado, medito y espero una mujer sana con la cual hacer el amor.
Que el sexo sea meditativo, que el amor sea compasivo.
Sino, más vale solo que mal acompañado.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 1 día.
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