El Día del Periodista, el Día del Escritor, los 30 años de su muerte.
Cae de maduro hablar de Borges.
Releo constantemente sus mejores cuentos y ensayos. Son epifanías que nunca cesan de sorprenderme.
Lo comento en Suárez con Lea, el barman erudito, que pone jazz y sirve whisky importado.
¿Como escribir después de Borges?
Hay dos grandes opciones, dos genios contemporáneos que contestan esa pregunta en Argentina: Ricardo Piglia y César Aira.
El Boca-River de la literatura argentina actual, ponele.
Piglia toma la postura de respetar el legado del maestro y escribir parado sobre sus hombros. Una escritura borgeana, pero actualizada, matizada por influencias contemporáneas.
Aira decide escribir como si Borges nunca hubiera existido, ir en contra de Borges y de la literatura toda.
Son fascinantes ambas opciones.
Pero volvamos a Borges.
A mi leerlo me enseña sobre todo a leer.Y me ubica.
Soy un simple mortal al lado de ese coloso que juega en la eternidad.
Mis influencias principales son más simples, más humanas, pongámosle: toda la literatura norteamericana del Siglo XX. Y de acá Arlt, Onetti, el mismo Piglia.
Y Bioy Casares, no nos olvidemos de Adolfito que fue un notable escritor, opacado por la sombra terrible de su amigo. Han sido muy injustos con Bioy, relegándolo al papel del boludito heredero que vivía viajando y cogiéndose todas las minitas, mientras Borges leía y sufría por amor.
Bioy es mucho más que esa imagen. Y Borges también.
Su amistad es compleja y fascinante y es una de las mejores cosas que pasaron en la literatura argentina y en cualquier literatura.
Borges lleva al extremo insuperable su literatura cerebral, carente de cuerpo.
Nadie puede llegar más lejos que eso.
Por eso creo que ya es tiempo de olvidarlo y de probar otros caminos, de inventar una literatura no tan abrumadora y colosal.Con más sexo,drogas y rocanrol.
En eso estamos.
1 comentario:
:) Gracias por la buena onda!! Siempre estaremos ahí para el que busque algo más que un trago y un café. Abrazo!!
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