Anoche vi por Canal 7 el nuevo y conmovedor documental de Andrés Di Tella: "327 Cuadernos", basado en los diarios de Ricardo Piglia. Di Tella y Piglia ya habían hecho una dupla fantástica hace 20 años en un documental sobre el gran Macedonio Fernández. Aquí el azar (o la causalidad) los vuelve a juntar. Piglia decide dejar de dar clases en Princeton y volver a la Argentina para editar sus Diarios. Justo Di Tella está allá para documentar el momento clave. Así comienza la película. La voz y la imagen de Piglia contando momentos importantes de su vida se complementa con la de Di Tella, que será cada vez más importante cuando sucede lo imprevisto. El Budismo marca 4 sufrimientos principales: nacer, envejecer, enfermar y morir. Todo está en este film. Lo que era un documental común y corriente se transforma en extraordinario cuando a Piglia se le declara la enfermedad que todos ya sabemos. Allí la sombra de la vejez, aún de la muerte, aparece nítida. Se tiene que apurar para terminar de editar los diarios antes que la enfermedad lo inmovilice por completo. Es lo dramático de la existencia reflejado en Piglia con la sobria y respetuosa mirada de Di Tella. Muchas imágenes de archivo, de momentos históricos, como los bombardeos del 55 o la muerte del Che Guevara, mechados con grabaciones anónimas, casuales, familiares y hasta científicas. Es la vida anónima, la vida de un hombre que es todas las vidas. Sucesión de imágenes que rápidamente pasan al olvido. Como los momentos que describen estos Diarios. También hay momentos conmovedores captados por Di Tella no solo de la intimidad familiar y amistosa de Piglia, sino de cielos, lluvias, vientos. Todo se vuelve conmovedor, único, cuando la sombra de la muerte nos acecha.
Ha sido un gran homenaje a Ricardo Piglia, excepcional narrador y ensayista, de los principales del mundo, heredero natural de Borges y también de Arlt, que nos regaló en sus últimos años las clases magistrales por Canal 7 sobre Borges y hace poco, esa portentosa adaptación de "Los siete locos" y "Los Lanzallamas". Así anoche la cultura oficial homenajeó a uno de sus más grandes representantes. Inmejorable.
Al final, Piglia quema unos diarios pero también decide firmarlos como su alter ego Emilio Renzi, en un gesto que lo hace entrar en la historia como un hombre común, como todos los hombres.
Portentoso, genial y finalmente anónimo y misterioso, como cualquiera de nosotros.
Los que se lo perdieron anoche, pueden ver este gran documental de Di Tella, todos los fines de semana en el Malba.
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