Es necesario perderse para encontrarse. Y no digo necesariamente tocar fondo, querer matarse. Estoy hablando de una sensación más simple y placentera. No dejarse llevar por la ilusión de que tenemos responsabilidades fundamentales.
Cada tanto despertar con el corazón y la mente de un niño y recuperar las sensaciones vitales. Arrancar de cero. Encontrarse en ese despertar.
Es como resetear la máquina, todos tienen miedo pero no pasa nada, no se pierde ningùn dato, se refresca el funcionamiento.
Porque, lo que estoy percibiendo definitivamente en estos días es que estamos absolutamente solos, no le podemos achacar nada a nadie, ni lo malo ni lo bueno. El otro es una ilusión, depositamos en el lo que no queremos ver en nosotros.
Hasta que uno no le encuentra la vuelta a si mismo, no le encuentra la vuelta al mundo.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 2 meses.
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