Los últimos dos años fueron increíblemente exitosos en lo profesional, aunque no en lo económico. Dirigí un periódico que defendía una causa en la que sigo creyendo, tengo mi propio programa cultural que se escucha en los lugares más insospechados, edité un libro complejo y explosivo, que todavía va a dar mucho que hablar.
Puse toda mi libido al servicio de destacarme en lo profesional, llegando a extremos absurdos, en contraposición con el pasado. Si antes era el cargoso acosador, ahora sufrí las consecuencias de la irónica paradoja, del irónico karma, de ser acosado (en reiteradas oportunidades y por varias féminas).
También descuidé mi físico, mi salud, en la maníaca obsesión de destacarme, de demostrar que podía ser el mejor en el trabajo.
Al pedo, digo ahora que lo logré, no sirve de nada, porque ni siquiera se gana mucho dinero y tampoco hay un carajo de reconocimiento.
Así que, junto a la primavera, comienza mi nueva etapa con nuevas prioridades: vida más sana, abundante sexo y desapego.
Sin discriminar, digo, prefiero a Celeste Cid a cualquiera, pero si Celeste Cid sigue en estrella, cualquiera también está bien para mi.
Y también una certeza: por ahi el mejor polvo de tu vida te lo da la gordita de la esquina de tu casa y no la estrella inalcanzable.
Y también otra certeza: solo vale lo que te hace feliz, todo lo demás es mentira.
Empieza la guerra del amor, la epifania bajo el sol.
Enhorabuena.
Recurso
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Hace mucho tiempo yo tenía un recurso
para escapar de la tristeza
imaginaba una sábana blanca colgada al sol
yo era esa sábana que recibía
el calor y l...
Hace 3 semanas.
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