Yo era todavía adolescente,claro, era el mejor en matemáticas y eso tenía sus ventajas, aunque todos mis compañeros me despreciaban. Eran los primeros 90 y cada dólar valia un peso. Eso favorecía los viajes al exterior, claro.
Lo cierto es que organizaron una Olimpiada Internacional de Matemáticas en Rumania y allí fui yo a representar a mi bendito pais.
Las cosas fueron más fáciles de lo que esperaba, no con las matemáticas, salí mal, digo con Rumania. En ese momento tenían una moneda que valía algo absurdo, tipo cien veces menos que el dolar.
¡Podía hacer cualquier cosa!
Compre putas con porro, me enfiesté con dos adolescentes rubias de ojos claros en una cama de agua y vagué por toda la capital de ese imperio feo y decadente, dilapidando mi moneda.
La noche de la despedida fuimos al restaurant más caro y concheto de Bucarest. Todos nos reíamos y nos emborrachámos con los mejores champagnes, pedimos los platos mas caros, y en un momento estábamos tan hartos, tan dados vuelta, que comenzamos a tirarnos la comida entre nosotros. ¡Como reímos, lloramos de la risa! Era un sueño.
Pero, de repente, percibí entre el quilombo que habíamos generado, en nuestra burbuja, que los empleados y los clientes del restaurant habían hecho silencio y nos miraban. Nos miraban con odio, con recelo, con impotencia, con lágrimas en los ojos.
Y nunca pude sacarme esa imagen de la cabeza.
Pero, claro, éramos adolescentes, nosotros no teníamos nada que ver, ¿o si?
Pablo Miravent
Recurso
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Hace mucho tiempo yo tenía un recurso
para escapar de la tristeza
imaginaba una sábana blanca colgada al sol
yo era esa sábana que recibía
el calor y l...
Hace 4 semanas.
3 comentarios:
jaja muy buenos esos early noventas!!
che loco, hubieras convidado, que egoista, aunque sea pone un par de fotos de las teenagers que te enfiestaste !!!!
Ah, las lecturas de la ficción...
True Teacher conoce la verdadera historia detrás de la ficción y lo recuerda como algo grosso.
Pappo no la conoce pero da por sentado que lo que escribo es real.
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