Hay algo que me llama poderosamente la atención en las ficciones de Bioy. La mayoría de los personajes sufre por amor o sexo. Es imposible no leer muchas de sus obras como un reflejo de su vida,la de playboy incurable. Pero si logra empatía con su lector es porque demuestra que sufre con cada pequeña historia. Cada transa es un amor que da placer pero también dolor. Es bastante loco, es impúdica la forma en que pone al desnudo su debilidad.
En el juego del amor,gane o pierda, Bioy siempre sufre.
Y en muchas entrevistas antes de morir también habló bastante impúdicamente de cuanto le metía los cuernos a su esposa, Silvina Ocampo y sin embargo, cuanto la quería.
Lo que me lleva a algunas reflexiones que me vengo haciendo desde hace tiempo por distintos motivos:
No tiene nada de ganador estar con muchas mujeres si uno sufre.
Aunque es casi imposible estar con una sola para siempre. Ahi se sufre de otra manera.
El amor en si mismo (lo dice el budismo)es una ilusión peligrosa, que está destinada a terminar mal.
Mejor plantear un no-amor, una relación que tenga pautas bien claras donde nadie engañe al otro, ni le prometa nada eterno.
Creo que tantas crisis de parejas y relaciones a las que la gente se niega a ponerles rótulos, vienen por esto mismo.
Aprendamos del ejemplo de Bioy y demos un paso adelante:
tener relaciones apasionadas, pero sin caer en la cursileria del amor que tanto lastima.
Es difícil, pero es lo que hay.
Casa
-
La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 7 horas.
1 comentario:
que queres que te diga hace mucho que no visitaba tu blog, me voy a tomar el tiempo de leer algo y despues te comento. felicitaciones por la mudanza.
Publicar un comentario