sábado, mayo 14, 2016

DEL AMOR COMO MEDITACIÓN

Uno debe enamorarse como mínimo una vez en la vida, aún sabiendo que no va a durar.
Porque el amor también es una meditación, en el sentido que detiene la mente, anula al ego.
Ya sabemos que nos pone estúpidos y que a los pocos meses desaparece, pero la experiencia vale la pena.
La construcción del imaginario hollywoodense de dos que se enamoran y viven felices para siempre, es reciente. Antes no era así.
Cuando Shakespeare escribió "Romeo y Julieta" decía clarísimo que el amor era una locura que conducía a la muerte. Léanlo.
Asimismo, la idea antigua de que los padres elegían el candidato para su hija era para protegerla de la fiebre del amor y así asegurar su porvenir. No era tan cruel ni disparatada.
Porque cuando el amor se acaba, las parejas se separan, los matrimonios se rompen y es todo un quilombo.
Y sin embargo...
La locura del amor debe ser vivida con total arrojo e intensidad porque nos vuelve puros y hermosos durante un tiempo limitado pero inolvidable.
Y el amor, después del amor, después del amor...

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