Irse, renunciar a todo no es tan complicado.
Está bueno eso de no hacer nada y ver que nos pasa.
Y no pasa nada, se puede vivir así, haraganeando toda la vida, sin preocuparse por el mañana.
Pero lo verdaderamente difícil es saber volver. Volver con algo mejor que cuando nos fuimos.
No apegarse a nada, tampoco al desapego.
Casa
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La casa de la infancia
viene con el olor de los jazmines
la sombra de la parra en el patio
y el silencio caliente de las tardes de verano
La casa de l...
Hace 3 días.
1 comentario:
estuve leyendo tu blog. me parecio muy bueno. sigo pensando que escribis muy bien. te vi en suarez la otra vez y me dije por primera vez. por qué no. aun te conservo en mi corazon. y se que vos también.
muy lindo todo. dante
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