Mar del Plata siempre fue la feliz desde que yo era un niño e íbamos en familia todos los veranos a parar a lo de la tía Coca. También visitábamos a las tías Tita, Graciana y Pepa. Las tías y los tíos, los primos, los amigos, todo era felicidad.
Ya de adolescente, cumplí los 16 jugando un torneo de ajedrez en el Hotel Provincial y luego, el Presidente del Círculo me llevó a debutar a un cabaret marplatense.
Ajedrez, sexo y felicidad. Verle la cara a Dios.
Antes eran los veranos por el centro, la peatonal, la Bristol, las playas repletas de gente.
Ahora la felicidad es la meditación, el amor, los amigos, las caminatas por el bosque Peralta Ramos, la música y las playas del sur.
El mar me reinicia.
Justo el 2 de Febrero festejamos el aniversario a Jemanja, la Diosa del Mar, fue todo muy power.
Todo es Dios, todo es amor, en el bosque y en el mar.
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