jueves, marzo 30, 2017

EN BUSCA DEL PARAÍSO PERDIDO

En el Antiguo Testamento se cuenta la historia de Adán y Eva.
Muchas especulaciones se han hecho a lo largo de los siglos sobre porqué Dios los echó del Paraíso.
Siempre fue la parte de la Biblia que más me interesó.
Lo que se suele aceptar muy a la ligera, a nivel popular, es que la manzana prohibida que los tienta tiene que ver con el sexo. Pero no es así. O no es tan así.
Dios prohíbe explícitamente a Adán y Eva comer del árbol del conocimiento del bien y el mal, ellos desobedecen impulsados por la serpiente demoníaca que convence a Eva y esta a Adán. Luego Dios los expulsa del Paraíso.
El sentido que tiene esta parábola conecta perfectamente con la concepción del Zen, Osho y todo lo que viene de Oriente.
Cuando Dios crea a Adán y Eva los hace puros e inocentes, como niños, son una hoja en blanco, una tabla rasa. Es lo que el Zen llama el rostro original.
Cuando comen del árbol prohibido acceden a la mente racional, al ego, a la moral. Por eso se averguenzan de estar desnudos.
Así venimos todos al mundo: con una mirada cándida, divina de la vida. Luego la sociedad nos crea un ego, nos enseña lo que está bien y lo que está mal, nos llena de razonamientos, nos aleja de Dios.
Pero ese estado de pureza, de budeidad, ese estado sagrado, se puede recuperar.
Para eso meditamos y tratamos de salir de la mente racional.
Nos vaciamos.
Esto ni siquiera lo descubrí yo, claro, son ideas, conceptos que tienen miles de años, que han sido olvidados y que deben ser recordados, redescubiertos.

sábado, marzo 18, 2017

ALBERTINA CARRI: UN CROSS A LA MANDÍBULA DEL ESPECTADOR




Pasó en enero de 2001 o por ahí: un sábado a la noche yo cruzaba la esquina de Santa Fe y Callao y me topé con Salvador Roselli, un viejo conocido, guionista y director de cine. Nos fuimos caminando subiendo Santa Fe y tomamos unas cervezas cerca del Alto Palermo. Luego me dijo que se iba a encontrar con unos amigos en Palermo Hollywood y si quería acompañarlo. Lo acompañé.
Resultó que sus amigos eran otros directores de cine, también egresados de la Universidad del Cine. Si mal no recuerdo estaban Pablo Trapero, Rodrigo Moreno y Albertina Carri, entre otros.
Me llamó la atención esa chica flaquita, linda, que estaba a los besos con otra chica. Me gustó.
Pregunté quien era, no me sonaba para nada.
Un par de años después vino la conmoción que provocó el estreno de "Los Rubios". Ahí supe bastante más de ella.
Hija del sociólogo y escritor Roberto Carri y de Ana María Caruso, un matrimonio de la alta sociedad que militaba en Montoneros y que fue secuestrado, asesinado y desaparecido por la dictadura militar en 1977, cuando Albertina tenía solo 4 años.
En "Los rubios" Albertina se acerca a esa tragedia familiar con un enfoque poco convencional, entre el documental y la película de ficción.
Polémica, esa película marcaría lo que es una constante en su carrera: la amás o la odiás, la tomás o la dejás, pero nunca te va a resultar indiferente.
Parafraseando a Roberto Arlt, el cine de Albertina tiene la potencia de un cross a la mandíbula.
Luego vendría "Géminis" en donde hermano y hermana de una familia rica tienen una relación incestuosa, entre secreta y a la vez a la vista de todos. Una película al límite de lo permitido.
Subió la apuesta a todo nivel con "La rabia", en donde cuenta lo que no se suele contar de la vida en un campo de la pampa húmeda, donde lo bucólico oculta la traición, la locura y la muerte.
Realizó también varios cortometrajes, series para televisión y produjo mucho cine.
Este año volvió con todo a la pantalla grande con "Cuatreros", su apuesta más ambiciosa, otra vez cruzando los géneros entre lo documental, lo ficcional, el ensayo y una puesta en escena vanguardista, que nació como instalación y se transformó en película.
Allí va tras las huellas de Isidro Velázquez, el ultimo cuatrero famoso que tuvo la Argentina. Su elección no es casual: su padre Roberto Carri escribió un libro sobre Isidro, sobre el que se filmó una película. Isidro fue asesinado por la policía, Roberto Carri y el director del film, desaparecidos por la dictadura y la película, jamás volvió a encontrarse.
Tremendo punto de partida de lo que luego se convierte en una búsqueda alucinada que se termina transformando en una reflexión sobre la vida de Albertina. Su matrimonio y posterior separación con la escritora y periodista Marta Dillon, el nacimiento de su hijo Furio Carri Dillon Ros.
En Carri se ve una coherencia absoluta entre vida y obra, siempre al límite, siempre jugada. Es la revolución por otros medios. Aunque no le gusta hablar de su vida privada, simplemente pide hablar de sus films.
Fue Directora del Festival Asterisco (cine LGTB) durante tres años, la entrevisté por teléfono para la segunda edición en 2015 y ahora la volví a entrevistar personalmente, en su casa de Saavedra, para hablar de "Cuatreros" y lo que vendrá.
No se esconde, no se hace la estrella, me recibe amable pero elige cuidadosamente cada palabra, no te regala nada, no es escandalosa ni demagoga.
Me comenta que el Asterisco no se va a hacer más por ahora ( ...se sabe, cambió el gobierno y cambiaron muchas cosas...).
Y la frutilla del postre es que está terminando una película porno lésbica, solo de chicas (!!!). Me dice que le interesa ponerse a discutir la visión falocéntrica del porno tradicional y es también una manera hermosa, perfecta de hacer militancia por la diversidad sexual.
Otra vez: una coherencia total entre vida y obra, la contundencia de tomar todos los riesgos y no tenerle miedo a nada.
Una parábola perfecta, una obra imposible de ignorar.
Que va a hacer mucho ruido.

domingo, marzo 12, 2017

LA VERDADERA GRIETA

Esto empezó a fines de los ochenta, principios de los noventa.
La antinomia Soda vs. Los Redondos.
Pero la grieta era proclamada desde un solo lado: desde el de ellos, los seguidores de los redonditos.
Nosotros, los fans de Soda, los chetos, los putos, no odiábamos a los Redonditos de Ricota, es más, nos gustaba su música, aunque no tanto como la de Soda, claro.
Eso sí: nunca nos creímos su mística barata antisistema, su contracultura a la criolla, su marketing del no marketing.
Soda Stéreo (Cerati, bah) siempre jugó desde una ironía brillante con la idea de ser masivo, pop, integrado, marketinero. No había demagogia: nos vendía la mejor música sin pretensiones de mensajes superiores. Eran estrellas de rock, nos vendían eso y nosotros, felices, lo comprábamos.
El problema filosófico que comienza con el Indio y que luego derivó en horrores como el rock chabón, Pergolini, Cromagnon, etc, es la idea de que el artista es igual al público y de que el público también hace el espectáculo con sus cánticos, sus banderas, sus bengalas.
La futbolización del rock nacional.
El fabuloso negocio de vender ser un tipo común.
Y si, ellos cantaban siempre: Luca no se murió/Luca no se murió/que se muera Cerati/ la puta madre que lo parió.
Y al final Cerati se murió, hasta en eso fue más grande que el Indio: en morirse después de editar su mejor disco, sin ser responsable de la muerte de nadie. Siendo amado en América y en el mundo entero.
Hay una ética en toda la obra de Cerati, la de no mentir, no predicar, ser lo más inteligente y póetico posible, sin bajar línea política. Su política era ser el más grande artista posible.
Hay una ética rockera hasta en su muerte: muere como una estrella de rock, por los excesos, es el hombre alado que vuela cerca del sol y sol le derrite sus alas.
Es una parábola perfecta entre su vida y su obra, una coherencia absoluta.
No puede decirse lo mismo del Indio.
Predicador hermético,surrealista y millonario, que enloquece a una tribu de cabezas desangelados, que lo siguen como si fuera un profeta del Apocalipsis.
Y los lleva al Apocalipsis a muchos de ellos, porque esta no es primera muerte que se carga el Indio. Ya pasó con Walter Bulacio y los Redondos.
Y luego la carrera solista de ambos: Cerati  solista supera en calidad y vuelo a Soda Stéreo, aunque no en popularidad y convocatoria.
Al Indio se le nota que le falta Skay en sus discos solistas, aunque cada vez convoca más gente. Solo suena como un redondito sin ricota.
Si, Cerati se murió, pero ¿quién está más muerto de los dos?

domingo, marzo 05, 2017

EL GENIO EN LAS SOMBRAS




Este año se cumplen 20 años de la primera vez que escuché Audioperú.
El efecto fue inmediato: fascinación, adicción. Electrónica para bailar y saltar, pero con un touch dark, venenoso.
No es ni la pavada eufórica de los djs de moda, ni tampoco el excesivo autismo de los intelectuales del tecno. Ese descentramiento, esa falta de pertenencia a un género determinado, explica porqué Audioperú no explotó comercialmente todos estos años. Porqué Rudie Martinez no es idolatrado por las masas.
Y es que, desde sus comienzos platenses con Víctimas del Baile a principios de los noventa, hasta su desembarco en Capital, el Rudie no paró de crear bandas y obras maestras.
San Martin Vampires, Adicta, Maldonado, RR Orquesta.
Su música maneja un arco sorprendente de influencias que van del gótico al punk, del pop al rock y del house a la canción tecno.
Acaba de salir del horno la más reciente producción de Audioperú: Im your Mother, con 9 masterpieces de la mejor electrónica que se puede escuchar por estos lares. Y la más oscura.
Porque Rudie es un expresionista que no solo sabe hacer bailar, sino que vuelca sus pesadillas internas en esa música aparentemente inofensiva. Es como el Kafka o el Beckett tecno.
Un tipo que se basa en los decadentistas para escribir sus letras y que su libro favorito es "El corazón de las tinieblas" no es cosa de todos los días en el rock nacional. Ni en cualquier rock.
El nihilismo, el desprecio punk hacia el mundo, aparece en todas sus creaciones.
Tal vez eso explique la falta de éxito masivo.
O tal vez no, quien sabe.
Lo cierto es que Rudie es un genio maldito, de culto, que no hace mucho tampoco por ser amado. Seguramente no le interesa. Y hay gestos obsesivos que sin duda no colaboran para lograrlo, como cuando en todos los shows de RR Orquesta habla pestes de los Miranda! o hace el saludo nazi mientras canta.
Así es Rudie Martinez, el genio en las sombras.